LA EMPRESA LIDERADA POR LOS HERMANOS ÁNGEL ANTONIO “TOÑO” FULLANA OLIVENCIA, PRESIDENTE DE LA FIRMA, Y JOSÉ MIGUEL “JAMA” FULLANA OLIVENCIA, SECRETARIO, LLEVA 49 AÑOS DE FUNDADA Y CUENTA CON SOBRE 150 EMPLEADOS.
Para los Fullana, trabajar en familia es algo natural. Padres e hijos se unen para llevar las riendas de F&R Construction Group, Inc. una de las empresas más sólidas y respetadas en la industria de la construcción local.
Los hermanos Fullana no forzaron a ninguno de sus hijos, José Miguel “Ito” Fullana, Manuel Jaime “Nolo” Fullana, ni a Antonio “Toñito” Fullana a formar parte de la empresa. Sin embargo, para los hijos, formar parte de la empresa fue un proceso natural.
“Fuimos obreros desde chiquitos”, indica lto Fullana, secretario auxiliar de F4R, quien se unió a la empresa en 1994. El Ing. Nolo Fullana, tesorero de la compañía, añade que “a mi siempre me ha gustado construir cosas desde chiquito, desde que veía a Papi (Jama) en los proyectos”. Toñito Fullana, por su parte, vicepresidente de FAR, indica que “era la carrera que quería seguir”. Y, ¿qué ha sido lo “difícil” de esta relación entre familia? “Poder diferenciar entre familia y jefe”, responde el Ing. Toño Fullana. “Una cosa es yo dar una instrucción como jefe y otra cosa es yo dar una instrucción como padre o como tío”.
Para Jama Fullana, no ha sido difícil porque “fue una continuación de mi vida. Hemos trabajado como familia siempre”. Para los hijos, tampoco ha sido difícil ser parte de la empresa, por el contrario, dice Toñito Fullana, “encuentro que es una ventaja que poca gente tiene: trabajar con una persona a quien conozco tanto, con mi mejor amigo, trabajar con él es un privilegio”.
“Para mí no ha sido nada difícil, desde que empecé aquí yo estoy con el Viejo (Jama) hace 27 años, lo veo todos los días”, dice por su parte Ito Fullana. El Ing. Nolo Fullana, por su parte añade que “existe la ventaja de que dentro del mundo de negocio somos familia y hay confianza”.
Y ¿qué cualidades admiran de sus hijos? “Te das cuenta de la integridad de ellos, de su honestidad, del valor al trabajo… el esfuerzo”. “Nunca me olvido”, recuerda el Ing. Toño Fullana “que cuando yo me enfermaba y me quedaba en casa y eran las 11 de la mañana, yo preguntaba “¿dónde está Toñito? y si me decían que estaba durmiendo, yo me ponía como un ‘guabá’ pero entonces él era un niño de 14 años. Cuando empezó a trabajar fue otra cosa. Lo más que uno admira de ellos es que hay un respeto entre la juventud y los viejos”.
Si admiración sienten los padres por sus hijos, más es la admiración de estos hacia sus progenitores. Ito Fullana, por ejemplo, destaca que lo más que admira es la dedicación al trabajo y el sentido de responsabilidad de su papá y de su tío. “Siempre están dispuestos a darnos apoyo, hablamos de todo y tenemos discusiones saludables, diferentes puntos de vista y al final llegamos a un acuerdo”. Como toda empresa exitosa, no han faltado los retos. Recuerdan como uno de los mayores, los años a principios de la década del 2000. “El volumen de trabajo; teníamos 28 proyectos corriendo a la vez, eso fue un reto tremendo”, recuerda el Ing. Toño Fullana. “El siguiente reto fue con el huracán María cuando nos envolvimos en la reconstrucción de Puerto Rico y logramos en un periodo de un año reparar 23,000 casas, un número que suena increíble”.